

La descarga de energía que se genera entre el electrodo de vidrio, el aire y el paciente, hace que el oxígeno se transforme en ozono causando lipoperoxidación de las grasas, lo que le otorga propiedades germicidas y antisépticas, asegurando una excelente asepsia de la zona tratada, siendo efectiva para el eliminar bacterias y hongos.
La aplicación de la alta frecuencia genera un efecto térmico muy suave y agradable que logra aumentar la microcirculación, aumentando la nutrición y oxigenación celular, teniendo también efectos vasodilatadores, cicatrizantes y sedantes.
La alta frecuencia es una corriente usada con diversos fines en el campo de la estética, entre ellos para el tratamiento de:
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Acné y rosácea.
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Calmar irritaciones y descongestionar.
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Arrugas y líneas de expresión.
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Pieles secas.
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Limpieza de cutis.
